12.3.03

No he podido resistir la tentación de ponerme un poco de su colonia sobre la muñeca, sobre la izquierda. Ahora cada vez que acerco mi brazo a mi cara, al tocarme el pelo, por ejemplo, noto ese olor que hace que sienta que esta cerca de mi.
Es entre extraño y previsible. Lo curioso es que no me sorprende mi actitud, es la actitud de siempre. La de agarrarse a algo que no existe, la de asirse paredes lisas para no caer pero acabar abajo, resbalando lenta pero necesariamente. Porque el miedo al dolor es grande, pero la posibilidad de que esta vez no duela… esa posibilidad también esta ahí.
Podría cerrar los ojos, darme la vuelta en la cama, dejar de soñar ahora para empezar a soñar otro sueño, pero no lo hago.
De todos modos aun huelo a su perfume, voy a dormir y tendré dulces sueños.

No hay comentarios: