15.6.03

Llueve. Ya sabes, una de esas tormentas de verano. Truenos lejanos y relámpagos veloces. Gotas de lluvia muy fina que dejo entrar por la ventana. El olor a tierra mojada, el mágico elíxir que acerca mis sueños a mi vigilia, la sensación de que aun todo es posible.
Hoy es otro tú el que ocupa mis pensamientos. Un tú del que no puedo liberarme con palabras escritas en un papel.
Tú lejano. Tú inalcanzable. Tú inasequible. Tú ajeno para siempre, a mis deseos, a mis necesidades. Tú haciéndome dudar del género de mis elogios y haciéndome dudar incluso de mi misma. Tú insistiendo en que no soportarás mis lágrimas pero esperando fiel a que deje de llorarlas. Tú. Y yo echándote de menos.
Infinitamente triste y dispuesta a contentarme con un abrazo tan fugaz como a sido ese relámpago. Cansada de llorar tantas lágrimas como gotas de lluvia trae esta tormenta. Porqué es tan largo el desamor? Porqué es tan dulce a la vez que amargo? Porqué no me abrazas? (Tengo frío)
Llueve, y esta no es tu historia si no la de una tormenta. Me abrazarán las sábanas, me cuidaran las nubes, la lluvia susurrará mi nombre. Y yo, cerraré los ojos pensando en ti, porque cada noche mi ultimo pensamiento consciente vuela a tu lado para besar apenas tus labios (esos labios…)
Tormenta y te echo de menos.

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