Ha sonado el despertador, pero no lo he oído.
Sigo soñando que duermo contigo, que me abrazas en sueños, suave, suave. Que has vuelto a robarme el camisón negro, además de robarme todas las fuerzas. Sigo soñando que quedan horas para abandonar tus brazos, que tal vez no tenga porque abandonarlos nunca. Sueño con palabras que susurras en mi oído, palabras que me repites cientos de veces para que no pueda olvidarlas. Y sueño con tus besos. Con las canciones del amanecer. Con los barrotes de tu cama. Con el olor dulzón que cubre tu piel desde aquel mágico fin de semana, el de las nubecitas de eucalipto. Sueño que una vez más el tiempo no existe...
Y si... ha sonado el despertador y no lo he oído. Otra vez vuelvo a llegar tarde...
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