6.4.04

Te llamo para decir que no te digo nada que tú ya no conozcas, o si acaso para besarte vagamente los mismos labios.

Me dice que mire la luna, que está preciosa, redonda y naranja, cerquita, que casi se puede tocar. Seguro que hace meses que no está tan bonita ni tan brillante. Insiste en que la mire, y yo, yo no puedo apartar mis ojos de sus ojos.

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