Jugaba a contar los escalones de todas las escaleras y soñaba con amaneceres rojos que dieran paso a días brillantes. Añoraba los días de playa, por los granitos dorados escurriéndose entre sus dedos, cuando jugaba a ser reloj de arena. Buscaba olores viejos, de esos que te transportan a otros lugares y a otros momentos. Y ansiaba la lluvia que le mojara el pelo y llenara los charcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario