15.2.05

Más allá (regalo de San Valentín)

Había un túnel que atravesaba la montaña de lado a lado. Era un túnel largo y oscuro. Las luces que, a duras penas, iluminaban su interior eran amarillentas y daban un tono como de antiguo a todo. Casi media de largo dos minutos... y eso es mucho, para un túnel, aunque acostumbrara a cruzarlo en coche. A veces intentaba atravesarlo entero aguantando la respiración, pero nunca había llegado a conseguirlo. Una vez acertó a ver el otro lado al volver a coger aire para no ahogarse, pero solo había llegado a ver la luz a lo lejos. Posiblemente cuando fuese mayor podría conseguirlo, pero también posiblemente eso fuese algo que ya no le interesara cuando fuera adulta. Como todas esas cosas que dejan de interesar cuando uno crece... Otras veces jugaba a no abrir los ojos en todo el trayecto, pero la curiosidad podía más que ella y acababa abriéndolos estando aún dentro. Menos un día, que se durmió y tuvo que despertarla papá al llegar a casa, honradamente consideró que esa vez tampoco había ganado en su juego solitario. De todos los misterios que vivían dentro del túnel el que absolutamente más le fascinaba era el del clima. Algunas veces hacia un sol terrible antes de entrar en él y al salir por el otro lado estaba totalmente cubierto y nublado. Seguramente también comprendería eso cuando creciera y se acabaría perdiendo la magia del agujero que cruzaba la montaña de lado a lado.

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