22.9.05

Tempranito...

Esta mañana hacia frío y estaba muy oscuro. Me he levantado cuando aún era de noche. La calle estaba silenciosa. Las farolas eran las únicas que estaban aún despiertas porque, como todo el mundo sabe, las farolas son noctámbulas y les da por dormir solo de día. Los árboles y los perros que hacen pipí en ellos aún no se habían despertado (no debe ser muy agradable despertar porque un perrito te moje el tronco y las raíces, no?). Cuando he salido a la calle no sabia si ese día iba a hacer sol o iba a llover; eso sólo se sabe a partir de que amanece. Nunca llueve mientras todo el mundo duerme, no nos daríamos cuenta. Pero, a veces, los que riegan las calles salen antes que nadie y parece, aunque no haya amanecido, que va a llover todo el día, porque el suelo ya esta mojado. A veces, las vecinas de 4º piso, que siempre son las que tienen insomnio, salen a regar sus macetas antes de que amanezca; y unas gotas de agua nos caen encima y creemos que va a llover todo el día. En ambos casos, subimos a casa de nuevo, para prepararnos para la lluvia. Esos días son los que más calor hace. El sol se burla poquito de todos los que han salido con chubasquero y botas de agua.
Hoy hacia frío, pero nada más.
Si te levantas muy temprano el día se hace laaaaaaaaaargoooooo y parece que te va a dar tiempo de todo. Aunque al final, pasa como cada día. Da tiempo de hacer lo mismo de siempre e incluso hay que correr un poquito para acabarlo todo.
Pero, a pesar de todo, es bonito ver cómo va cambiando el cielo de color. Cada vez más clarito. Y cómo la luna se va volviendo transparente para pasar desapercibida. Y cómo el sol se transforma de naranja a amarillo brillante, cada vez más brillante, imagínate, para poder iluminar todo, todo?
Si, definitivamente, es bonito, aunque cansado. Pero todos deberíamos probarlo, de vez en cuando. Aunque esos días sean de los que acabamos metiéndonos en la camita a la hora de las gallinas, como dice mi madre.

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