19.11.02

Durante muchos días llovió. Llovió seguido, de manera nada estridente, pero continuada, durante días. Empezábamos ya a coger color musgo y a pensar que el sol era una vieja leyenda, que no existía más que en el recuerdo de los más ancianos. Llovió durante el día y durante la noche; llenando el cauce de los ríos y los pantanos, lavándole la cara a los edificios, grises de cualquier modo. Se mojaron los árboles, los jardines, las plantas. Se mojaron las personas, los gatos callejeros, los perros con y sin dueño. Se mojaron las farolas y los monumentos. Se mojaron, incluso, las fuentes, que ya estaban mojadas. Y cuando ya la tierra no era más que un charco del cielo, una mañana, sin más, salió el sol. Durante muchos días llovió, pero no eternamente.

A veces los sentimientos son como la lluvia, parece que no va a parar de llover nunca...

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