26.4.03

Estoy en el centro de un laberinto. El clásico laberinto de setos verde oscuro, de paredes altas e infranqueables. El típico laberinto que visto desde el cielo tiene ese porte majestuosos de un dibujo perfecto, simétrico, armónico… justo todo eso que lo hace increíblemente confuso y traicionero. El típico laberinto del que hay que intentar salir empezando por el justo momento en que dejamos de cuestionarnos que hacemos aquí, como nos hemos metido en todo esto, de que va esta situación…Y yo, aquí, en el centro. Mirando a mi alrededor, un poco desde arriba. Qué grande el laberinto…

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