14.5.03

Horas de conversación que no llevan a ningún sitio. Miradas que salen de mis ojos pero que no llegan a ti. Un velo blanco nos envuelve, impidiendo que se acerquen nuestras sensaciones. Seguimos hablando. Veo como mis palabras salen en la dirección contraria a la deseada, veo como te esquivan, como se alejan. Intentas sonreír, pero has olvidado cómo se hace. Yo también he olvidado cómo sólo tú sabias hacerlo. Se acaba la conversación. O, al menos, damos por acabadas las palabras. Me levanto y me marcho. Como tantas veces. Oscuro. Hace frío y además llueve. Me dices adiós desde la puerta y, cuando me giro a despedirte, ya no estas allí. Sólo el vacío.

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