30.6.03

Más recuerdos

La mitad de los que poseo son autoinducidos, falsos, los otros, la mayoría de las veces, resultan inaccesibles o no consigo comprender para que sirven.
Me siento, los reviso, los ordeno, con la destreza de un niño subnormal frente a un puzzle de 5000 piezas.

Te imagino en mi cama.
Y sí, debes de haber estado allí.
Mi mente no genera cosas tan suaves.



Kim no lo sabe, pero, con ese texto, me ha hecho un regalo. Me ha hecho el regalo de volver a pensar en ti. De recordarte en mi cama. Tan suave. Volver a sentirte en las puntas de mis dedos. Volver a escuchar tu respiración de animalillo satisfecho. Volver a pensar en tu sombra cuando el sol se desperezaba soñoliento. Me ha regalado de nuevo el placer de recordarte y el terrible dolor de no saber si todo ha sido únicamente un sueño prolongado.

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