26.8.03

Titulame

Compró otra de aquellas libretas porque necesitaba escribir aquella tarde. Las libretas que tenia en casa eran muchas, muchísimas. Pero ahora no estaba en casa. Además el bolígrafo azul, el mismo que él le regaló, descuidadamente, una de las innumerables mañanas, se movía inquieto dentro del bolso, como si tuviera millones de cosas que contar. Tuvo que entrar en la tienda y comprar una nueva libreta. Luego la guardaría con las muchas, muchísimas, que sólo tenían escritas las 4 ó 5 primeras páginas.

No hay comentarios: