31.10.03

Cuesta abajo

Se levanta cuando aún no ha salido el sol. Y tiene tantos sueños que recordar de la noche pasada, que sabe que empezará a olvidar los detalles, a medida que vaya amaneciendo, a medida que vaya despertando.
El aire frío de la noche golpea su sonrisa. Parece que va a empezar a diluviar de un momento a otro. Otro día de esos en que no saldrá el sol...
Las calles siguen en la noche anterior. A penas hay personas y las que se ven, caminan con esa inseguridad típica del que no sabe si va o vuelve, si le espera su cama o si acaba de abandonarla, aún caliente y revuelta, de ensueños humanos.
Y hay un viejo, paseando a un perro. Con caminar incierto y tambaleante. Cada pocos pasos se detienen. Parece que es el perro el que pasea al dueño. Y, mientras el viejo se pregunta porqué su perro adora salir tan temprano, el perro espera ansioso el día en que el viejo no le haga salir a horas tan intempestivas.

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