18.11.03

Dónde está la flor de no repetir historias...

Por las laderas de la montaña, salpicada de árboles amarillos, sube una nube de olor de eucalipto, que ha debido escapar, sigilosa, al dejar entreabierta la puerta de los baños turcos. La nubecilla escapa hacia el gris azulado que tiñe el cielo de este atardecer perezoso. Y echamos de menos el sol, que hace días que no se deja ver, excepto en tus ojos.
Esos ojos que parece que no quieren perderse nada de lo que te rodea. Esos ojos que miran como queriendo quedarse el porqué de todas las cosas.

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