Te explico que alguien me tira fotos desde el cielo. Y que las nubes tocan sus tambores. Y que el Dios de la Lluvia me regala el aire bañado en ese perfume singular, de antiguos aromas, de tierra mojada.
Tú desde lejos me piensas en silencio y me imaginas rodeada de rayos y centellas; lejana, bajo truenos. Y sonriendo.
Sonriendo porque estoy cerca. Estoy en un abrazo. Estoy en un recuerdo.
Y tú me dices que escriba para ti. Y yo, no puedo dejar de hacerte caso.
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