14.12.04

Malva

El calorcito de la estufa dibuja un circulo perfecto y hace que nos acerquemos mucho más mientras hablamos de cómo ha ido el día. Y el frío que queda por los rincones permite que juguemos a calentarnos los pies o que pasemos el rato metiendo las manos frías por debajo de la camiseta.
A la noche nos contaremos cuentos entre las sábanas y podremos soñar que tenemos una chimenea y que hay nieve a la puerta de casa, esperando que salgamos con nuestras manoplas a tirarnos bolas flojitas.

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