29.5.09

Con simplezas me contento...

Tengo el tacto de tu piel pegado a mis dedos y el sabor de tu risa dentro de mi boca.

Llueve sobre el mar. Las olas siguen yendo y viniendo, como si no les importase lo más mínimo el agua que las nubes descargan sobre su superficie. Y, casi en calma, todo empieza a gritar tu nombre. Primero es un rumor, lejano, lento, apacible. Poco a poco ya solo se escucha ese sonido. Me envuelve, envuelve todo lo que me rodea, lo siento sobre mi cabeza y bajo mis pies, empiezo a sentirlo incluso dentro de mí. Ahora ya no hay mundo, ni lluvia, ni mar, ni olas… ni siquiera estoy yo o esta tu nombre; ahora todo es otra cosa, más grande, más brillante, más nítida, más intensa; algo que no tiene límites ni distancias, algo que no sabe de demarcaciones, ni de fronteras…

Tengo el tacto de tu piel dentro de mi boca y el sabor de tu risa pegado a mis dedos.

2 comentarios:

GAN dijo...

Jo niña que bien te sienta el amor, precioso. Besos

Anónimo dijo...

Melancólicamente precioso.
Dónde estás que ya no actualizas. Deberías seguir escribiendo.